martes, 15 de abril de 2008

¿Qué les pasa a los telediarios?

Cuando era pequeña, solía cambiar de canal cada vez que salía el telediario. Era soso, aburrido, insípido...

Aún recuerdo aquella vez, un 28 de diciembre, en que el telediario de una cadena gastó una broma a los espectadores con motivo del día de los Santos Inocentes. Entonces, ibas al super, a comprar el pan, y oías a todo el mundo hablando de lo mismo. "¿Has visto? ¡Los del telediario han gastado una inocentada!".

Ahora ya nada es como antes. Ahora los telediarios dan las noticias de un modo más cercano a los espectadores. Los hacen partícipes de las mismas.

El problema llega cuando en lugar de dar las noticias más relevantes, dan más importancia a "otras" de tinte más sensacionalista. Incluso en la política.

Véase el claro ejemplo, ayer, de todas las cadenas de televisión, que lejos de informar sobre el juramento de lealtad al Rey de los Ministros, se centraron en que a una de las ministras le habían puesto una multa por mal estacionamiento, los conjuntos que llevaba cada una, que si no sabían dónde ni cómo ponerse para la foto, que si los posados del tipo "foto familiar",...

¿Qué es esto? ¿Un noticiario o la retransmisión de la pasarela Cibeles?

Señores, tanto lleva el cántaro a la fuente que se está rajando de arriba a abajo. Que está muy bien que los informativos sean más cercanos para atraer la atención de los espectadores para que estos no se echen la siesta después de comer viendo la televisión, pero la información seria es la información seria, eso no puede alterarse, que para eso ya teníamos el Tomate y seguimos teniendo otros programitas del estilo (para quien los quiera).

Curiosidades aparte, la información es lo primero. Hay que tratar los temas cruciales, un informativo televisivo no es un guateque lleno de banalidades y demagogia.

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