Derechos o demagogia

Hoy se celebra el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El 10 de diciembre de 1948 se adoptó, en París, La Declaración universal de los Derechos Humanos, un documento no obligatorio ni vinculante para los Estados pero que sentó las bases para la creación de las dos convenciones Internacionales de la ONU, El Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y culturales. Una promesa de justicia para todos, como se recoge en su primer artículo: "Todos los seres humanos nacen iguales y libres en dignidad y derechos".

60 años de Derechos Humanos. 60 años de libertad y democracia. 60 años de toleración racial, social, cultural.

Miles de años de pobreza y soledad. Miles de años de esclavitud. Miles de años de hambre, guerras y enfermedades. Miles de años de racismo, xenofobia y clasismo. Miles de años de opresión, abusos e injusticias.

Y aún continúan. ¿Por qué celebrar el aniversario de una Declaración de Derechos que normalmente los peces gordos se saltan a la torera? Sigue existiendo la pobreza, el hambre, las enfermedades, las guerras, el racismo, la xenofobia, el clasismo, la opresión, los abusos y las injusticias. Seguimos sin tener esos Derechos inherentes al ser humano que tanto proclaman.

¿A dónde ha ido a parar la ética? Mientras los que deberían tener claro este concepto no lo asimilen, seguiremos esperando a que esos 30 artículos escritos sobre el papel se cumplan en la práctica.

El movimiento se demuestra andando, pero algunos prefieren sentarse en un sillón orejero tocándose los cataplines, por no soltar alguna ordinariez.

Éste no es un día de celebración, es un día de lucha. Éste no es un día de alegría y gozo, es un día de tristeza para millones de personas que viven en este planeta.